Anna 30 de octubre de 2013

 

Querido e ilustre paisano:

           

            Ruego permita la licencia y excuse mi atrevimiento al enviarle estas letras, a pesar de no haber sido debidamente presentados, y deseo que al recibo de la presente se encuentre ya reparado de los muchos achaques y problemas de salud que le aquejaban tiempo atrás.

            Al dirigirme a Vd., a través de esta carta, albergo la esperanza que alguien, un día de estos, pueda leérsela en su nueva residencia del Museu Internacional de Titelles d’Albaida, donde según me han contado a cambio de mostrarse al mundo de lunes a viernes desde las 11 a las 14 horas, recibe los cuidados que su pueblo no le supo ofrecer.

        

Leer la carta abierta a D. Liborio, autómata de profesión

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