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Los fundadores, nos mostraron el camino para construir una Sociedad que vertebrara la comunidad, y fuese capaz de trascender en el tiempo. Para ello, cimentaron el edificio de aquella primera ilusión, en un poderoso triangulo que debía armonizar la música, los músicos y los filarmónicos mediante la palabra. La misma que desde antiguo, marcó el camino por donde transitaron las ideas de la ilustración y la esperanza de progreso de los pueblos. Aquellos que como el nuestro, alejados de la prosperidad y el desarrollo, encontraron entre los suyos a personas que en el desierto cultural y demográfico que compartimos, cultivaron el amor por la música.
Este ideal ha sido durante un siglo, la poderosa y eficaz herramienta que, en tiempos de precariedad, nuestros antepasados utilizaron para convertir a la «Sociedad Filarmónica Banda de Música Nueva Artística de Anna», en legado de su tiempo y patrimonio de las futuras generaciones.
José Izquierdo Anrubia